A consumir toca. 

Qué miedo da diciembre, qué miedo todos los centros comerciales abiertos los domingos y que miedo nos tiene que dar la cuesta de enero. Colonias, juguetes, turrones, pequeño electrodoméstico, compras en el supermercado para nochebuena, para Navidad, cotillones, cenas de empresa (aquí hay que puntualizar, empresas que no hacen cena de empresa o bien las hay que sólo invitan al personal que ellos quieren) vestuario para el cotillón, serpentinas y demás pijadas para después de las uvas, etc. Un chorreo para desvalijar el bolsillo del más débil y conseguir captar la atención de los más pequeños de la casa, que con los ojos como platos y mirando los catálogos de juguetes no pararán de decir eso de ¡¡¡lo quiero, lo quiero!!!

Luego, las mamis con niños pequeños, se les ocurre la brillante idea de preparar unas fotos del retoño o retoños, ataviados con los típicos gorros de papá Noel para las postales navideñas que les regalarán a los abuelos, tíos, hermanos… Esas fotos, cuando llegue el mes de julio darán que recordar aquellos días que se pasaron en familia.

De todas las maneras, diciembre es un mes que empieza bien, un puente que a veces es más que elegante y acaba repleto de magia e ilusión. Es el mes por excelencia de reuniones familiares, grandes comidas, de pedir deseos, de apreciar que no nos falte la salud (22 de diciembre en torno al medio día) pero ante todo, es la época de los niños. Son nuestros pequeños, los auténticos magos navideños, nuestros inocentes y nuestra alegría el día de Navidad abriendo regalos. Sus caras, son el ejemplo de inocencia, expectación, cuando esa mañana mágica para ellos, rompen los papeles que envuelven los regalos que pidieron en su carta, o no.

Quiero hacer hincapié, en aquellas familias que en su carta, pedirán salud por algún familiar enfermo, o por un buen amigo. Familias que en estos días de recogimiento estarán en hospitales, o  trabajando y tal vez estén en alguna misión lejos de sus casas.

Tampoco me olvido de esos padres y madres, que pedirán que a alguno de sus hijos no les falte un pequeño detalle en nochebuena, que la magia de la Navidad pueda dejarles un detalle y tengan esa ilusión como el resto de niños. Y lamentablemente, habrá algún hogar que ni siquiera haya un regalo debajo del árbol. 

Así que volviendo al asunto que nos incumbe, comprar compraremos más de la cuenta, eso seguro, puedo cuidado, hacerlo con precaución y disfrutar de las fiestas y que el año nuevo y la lotería del día 22 nos siga trayendo salud. 

Hasta el año que viene. 

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